2 de agosto de 2008

37*


Este año aprendí a huir de los sueños de todo el mundo. Había una
chica que huiría de todo el mundo. Dijo que jamás dejaría de usar
zapatillas, en verdad que corría rápido. Corría tan rápido que ni mis
sueños podían alcanzarla. Me miró con sus ojos de carretera como
una gitana buscando la línea de la muerte y dijo: no podrás conmigo.


*Por Hans Burkli

5 de febrero de 2008




"Aquello que duele, tiene convertirse en lenguaje"

- Martin Walser


29 de diciembre de 2007

Sephiroth

FF VII fue a mi niñez lo que el Der Steppenwolf a mi adolescencia. De allí la obsesión. Hace unos días me hice una nueva pregunta. De ello se trata esta entrada.

¿De dónde aparece el nombre de Sephiroth?

Se atribuye la creación de la cifra cero a los hindúes, que ya tenían una palabra para el cero (sunya) que significaba nada o vacío; luego es tomada por los árabes, a partir de la cual encontramos que la etimología de cifra y cero es, paradójicamente, la misma. Ambas provienen del árabe sífr (vacío), que cambia a cifra (en latín, igual que en español) y que tiene algunas variaciones antes de llegar a ser cero. Sífr también fue latinizada como zephirum, y luego se puede encontrar variantes italianas (me atrevo a decir que relacionadas con la publicación del Liber Abaci de Fibonacci, italiano) para nombrar la falta de una unidad, la ausencia, bajo la forma de zefiro, luego como zefro y finalmente zero. Ambas palabras, como he mencionado, se refieren a un vacío (en latín vacivus) o vacuo (vacuus), ambos adjetivos que se refieren a la falta de contenido.

Aquí viene lo interesante. La traducción de Sephiroth para los limitadísimos monoligües resignados a la versión española del juego fue Sefirot. De hecho existe una palabra hebrea Séfirot [malignos] o Qlifot que significa piel o cáscara, y que complementa lo dicho anteriormente; recapitulando, las formas más parecidas a Sephiroth provienen del latín zephirum y del italiano zefiro, los cuales se refieren al vacío o la falta de contenido, y la palabra hebrea Séfirot [malignos] significa cáscara: recordemos que el Sephiroth del FFVII no es más que una imitación incompleta de Jenova, un ser hueco e imcompleto hasta que se asimila al verdadero y lo completa tras haber recuperado todas las células de Jenova y la Materia Oscura (esto casi al final, en el Gran Cráter).

Aquí todo se pone mejor. Existe un Séfirot que significa sendero, que en la cábala hebrea son diez manifestaciones de Yavé; la contraposición está en los Séfirot [malignos] o Qlifot, que son una serie de demonios menores, contrarios a las emanaciones benignas de Dios. ¿No les hace esto recordar al propio Sephiroth? Y es que, para quienes no lo recuerdan, Sephiroth es un humano, hijo de Hojo y Lucrecia, pero que fue objeto de experimentos desde que era un embrión como parte del Proyecto S, en que se le inyectaron las células de Jenova. Sephiroth es parte humano parte extraterrestre (para quienes saben qué es capaz de hacer Jenova, tomarán lo de extraterrestre como demoníaco). De allí la genial imagen de Sephiroth con un ala de ángel y un ala de demonio y el estupendo tema One Winged Angel que, personalmente, encuentro excitante en su versión sinfónica y más aún en la versión Advent: One Winged Angel que tiene de entre las mejores combinación de heavy metal y sinfonía que he oído aparte de la versión de Therion del O Fortuna y del Bathory Aria de Cradle of Filth entre otras pocas.

Hasta allí llega mi pesquisa. Tal vez haya algo más...

29 de abril de 2007

Altazor


“Los verdaderos poemas son incendios. La poesía propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer y de agonía.
”Se debe escribir en una lengua que no sea la materna.
”Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte.
”Un poema es una cosa que será.
”Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
”Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
”Huye del sublime externo si no quieres morir aplastado por el viento.
”Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco.”
-Vicente Huidobro

Foto: Cae, Altazor, cae de Valeria Alessandrini

”Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de su rol, haciéndola aprender a hablar…, a ella, ella, la bella nadadora, desviada para siempre de su rol acuático y puramente acariciador.”
-Vicente Huidobro

15 de abril de 2007

Ars longa vita brevis

VIER JAHRESZEITEN (Fragmento)

Luego pensó en Aristóteles, el Metafísico, quien dijera: para vivir sólo hay que ser un animal o un Dios. Soy un animal, dijo mirando con indiferencia sus manos. Pero la suya era la soledad que no mata, la soledad que no aísla, la soledad que no entristece, la pequeña música nocturna. Andar perdido pero con una dirección que emerge del feeling o del swing, o del estilo de Shelley: interpretar la obra musical sin temer a la Belleza, tan temible.

Shelley bebió entonces, para cambiar la Belleza del Universo en otra Belleza igualmente real.

So wonder so beauty so terror.

Y su paz del alma residía en esa inquietud constante, pero llevada a la simetría, a la azul coherencia surcada de yates.
Y algas que el mar amó.

Yo quisiera dar vida a esa canción que tiene tanto de ti.
Y luego de tal Lied, porque Lieder hay también en el sur, Percy B. Shelley Alvarez durmió.

Lo despertó un sonido semejante al Fa.
-Luis Hernández

10 de abril de 2007

Limitaciones de la vida

Espécimen 1: ¿Me amas?
Espécimen 2: Te amo.
Espécimen 1: ¿Por qué?
Espécimen 2: Porque te siento cerca, tan cerca, amor mío, que ya ni sé lo que anda pasando alrededor.

22 de marzo de 2007

Perfecto ejemplar de la naturaleza humana


Hoy he descubierto que el aburrimiento seduce a mi estupidez. A ésta última también le cautivan las mujeres hermosas. Y el tiempo.

18 de marzo de 2007

Situación propicia para la creación artística

El poeta recuerda su inspiración por la noche, cuando la piel se enferma de tristeza en la soledad. Cuando las manifestaciones íntimas son pura desesperación.

13 de marzo de 2007

Positivismo

Odio hasta el odio; es decir, odio. Véase también ( - ) × ( - ) = ( + )

27 de febrero de 2007

Albergue de las horas tristes

3 de enero de 2007

No hay que ser visionario para saber qué no va a pasar


Cuando Jaromir Hladík yacía aprisionado en un acantonamiento en las riberas del Moldau esperaba su fusilamiento mientras acopiaba horas, minutos, segundos… Su imaginación acometía cientos de ejecuciones que se archivaban con detalles en su mente, revivía una y otra vez el hecho, preveía cada posibilidad de cambio y cada improbable variante para eliminar la contingencia. Pretendía burlar el miedo a lo desconocido, quizá familiarizarse con la idea de muerte para que una vez llegado el momento del disparo no temiera. Así, Hladík reflexionó coincidentemente como yo lo hice alguna vez: la realidad no suele coincidir con las previsiones; con lógica perversa infirió que prever un detalle circunstancial es impedir que éste suceda.

Un Hladík iluso hubiera querido imaginar Todas las posibilidades para que simplemente el fusilamiento nunca se concretara. Desafortunadamente para Hladík sólo había dos posibilidades:

A) Siguiendo con la reflexión planteada, el fusilamiento no coincidiría con ninguno imaginado, y el saber esto no eliminaría el miedo, lo cual era el objetivo inicial.

B) Pronosticaba en vano aquel instante ya que, finalmente, si pensaba Todas las posibilidades, alguna de ellas acabaría por ser profética y el imaginar cuál de ellas sería la real sería una tortura terrible y además una vuelta al inicio (como si ninguna hubiese sido imaginada por carecer de certeza alguna sobre otra).

La primera es fiel al presupuesto planteado y más posible. Vale decir que esta idea es jodidamente certera (o mejor, digamos de imprecisión diminuta) aunque nunca absoluta. Lo cierto es que, en mi experiencia, nunca he podido desmentirlo. Hay que “esperar lo inesperado” siempre. Si yo creyera en Guy de Maupassant, quien dijo alguna vez que “la dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin”, ay, qué desgracia sería mi vida entonces.

30 de diciembre de 2006

Interludio


Contemporáneo a Stalin, temió ser parte de la “caza de artistas” del régimen. Nunca supo que era considerado por Stalin como un Durodi o, en la tradición rusa, una especie de tonto iluminado o sabio loco con facilidad para decir las verdades más descarnadas y con quien es mejor no meterse. Hubiese usado su cama para dormir de haberlo sabido. Shostakovich alcanzó la fama –previo reconocimiento, ya que son cosas muy distintas- a partir de sus Sinfonías de la Guerra (5ª, 6ª, 7ª y 8ª).

Un día poco placentero me topé con una música que oscilaba siempre entre lo trágico y lo irónico. La identificación fue instantánea; así, fiel a la devoradora depresión que me arremetía en ese entonces, instauré una hegemonía musical Shostakoviana que se mantuvo también durante mi estancia en “El Milagro” (hacienda cañavalera donde la desgracia no llega y, por lo tanto, tampoco la tranquilidad). Su Sinfonía N° 10 en E menor, op. 93 es el mayor intento musical por cambiar la naturaleza humana a un estropajo de mitades indeterminadas y profundamente consagradas en la sensación. Mi buen amigo Serafio, con su comprometido carácter estrafalario, la definió como yo hubiese querido: la copulación del cielo e infierno.

El centenario del nacimiento de Dmitri Shostakovich se ha celebrado en el mundo con una fervorosa gira de Valery Gergiev junto al desempeño de la Mariinsky Theatre Orchestra, Wiener Philharmoniker, London Symphony y la Rotterdam Philharmonic. Por aquí hubo un impecable recital del Cuarteto de Cuerdas Lima de la PUCP que interpretó el Quinteto para piano, 2 violines, viola, violoncello, el Cuarteto N° 8, op. 110 (simplemente brutal), entre otros.
No creo poder encontrar a un semejante compositor en todo el siglo XX. A veces en los peores momentos se encuentran las mejores cosas.